A curarse lo que se hicieron el otro día. Cada día es una pelea. Nada más hay que fijarse en sus brazos, adornados con bonitos cortes. Y los espectáculos con los que nos deleitan cada vez que pasan por una calle tampoco tienen desperdicio: voces, peleando, insultos, pegándose...
Comentan que intentaron pegarle a un médico, la verdad no lo sé, pero no me extrañaría.