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Breve Introducción Climática.


Montefrío se encuentra en el borde sur de la cordillera subbética. Ésta es una de las que forman los Sistemas Béticos, que se extienden desde Gibraltar hasta la provincia de Alicante.

Es la parte más interna de la zona externa de las Cordilleras Béticas.

mapa

En su conjunto está formada por una serie de sierras calizas y dolomíticas de altitudes modestas y separadas unas de otras por pasillos de origen tectónico y litológico.

Algunas de las sierras que la conforman son (de oeste a este): Sierra de Grazalema, Sierra Sur de Sevilla, las Sierras Subbéticas de Córdoba, Sierra de Parapanda, Sierra de Loja, Sierra Sur de Jaén, Sierra Harana, Sierra de Huétor, ésta última en contacto con el sistema Penibético, Sierra de la Alfaguara y, por último, Sierra Mágina y Sierra de La Sagra, superpuestas sobre el sistema Prebético.

A Montefrío le correspondería por situación el clima mediterráneo, pero al encontrarse en las sierras subbéticas, este clima mediterráneo tiene características y rasgos continentales.

 

El clima mediterráneo típico

Se caracteriza por inviernos templados y lluviosos, veranos secos y calurosos y otoños y primaveras variables, tanto en temperaturas como en precipitaciones.

Las lluvias no suelen ser muy abundantes, aunque hay zonas donde se sobrepasan los 1.000 mm. Pero la característica principal es que éstas no se producen en verano, lo cual genera un importante estrés hídrico.

Las temperaturas se mantienen, en promedio, todos los meses por encima de los 0ºC pero presentan variación estacional, hay meses fríos por debajo de los 18ºC y otros más cálidos que en el mediterráneo típico sobrepasan los 22ºC.

La vegetación resultante es arbórea de tipo caducifolio o perennifolio, con los árboles no muy altos y unos estratos herbáceos y de matorrales.

La formacion típica es la garriga mediterranea.

 

Clima mediterraneo con caracteristicas continentales.

El clima mediterráneo continentalizado es un clima templado con características del clima mediterráneo típico y del clima continental. Este clima se da en lugares con clima mediterráneo y que están alejados considerablemente del mar.

Es propio de la Meseta Central, la depresión del Ebro, el interior de Cataluña y el noreste de Andalucía, todo ello perteneciente a España; de la Sicilia central, que tiene características muy similares; del centro de la península de Anatolia (Turquía); y de la zona central de Chile (Depresión Intermedia).

Es parecido al mediterráneo típico en el régimen de precipitaciones, pero con características de climas continentales en cuanto a las temperaturas, que son más extremas. Además este clima no recibe la influencia del mar, por eso las temperaturas son más extremas. Los veranos son bastante cálidos y los inviernos bastante fríos con una oscilación de 18,5 °C. La estación estival es la más seca y se superan con gran frecuencia los 30 °C, alcanzándose esporádicamente más de 35 °C. Sin embargo, en invierno es frecuente que las temperaturas bajen de los 0 °C, produciéndose numerosas heladas en las noches despejadas de nubes y nevadas esporádicas

El clima mediterráneo, al no ser de precipitaciones constantes, varía bastante en cuanto se aleja de la costa ya que el aire presenta menor grado de humedad, de modo que adquiere elementos del clima continental, con amplitudes térmicas pronunciadas tanto diarias como anuales. Se pueden dar desde inviernos suaves y veranos muy calurosos hasta inviernos fríos y veranos suaves, en este último caso con heladas y precipitaciones en forma de nieve.

La continentalidad de las temperaturas en el Mediterráneo es gradual de la costa hacia el interior, de modo que no se puede llegar a hablar nunca de un clima continental, sino de un mediterráneo que se ve alterado por el relieve y la altura. En los valles mediterráneos de escasa altura se alcanzan las temperaturas más altas de Europa en verano y en las mesetas interiores se dan inviernos fríos con heladas abundantes. Así se han llegado a registrar más de 45ºC en las zonas bajas alejadas de la costa o con barreras que frenan la influencia del mar en España, Portugal, Italia o Grecia. En zonas de altura, como mesetas y valles altos, se han registrado en invierno temperaturas por debajo de los -15ºC, aunque la oscilación térmica anual media no llega a superar los 20ºC.

Las precipitaciones se distribuyen de igual modo que las zonas costeras próximas, si bien la orografía causa muchas veces una disminución de estas al estar al resguardo de los vientos húmedos marítimos que provocan lluvias, detenidas estas por las montañas que son las causantes, a su vez, de la continentalidad térmica.

Las precipitaciones siguen un patrón muy parecido al del clima mediterráneo típico y están entre los 400 o 600mm, con un máximo durante el otoño y la primavera. La menor influencia del mar, no obstante, hace que sea un clima más seco que el típico.

 

La vegetación

La de este clima está adaptada a soportar temperaturas extremas y sequías prolongadas en verano. Las especies arbóreas más características de las zonas interiores de España, donde se da el clima mediterráneo continentalizado, son el Quercus coccifera, la encina, el pino, el alcornoque (pero en menor medida), el rebollo, el quejigo, el enebro, la sabina y especies vicariantes emparentadas ecologicamente.

Además de las características generales que definen las grandes formaciones vegetales que se definieron en el punto anterior, existen factores locales que puede provocar diferencias en la distribución de especies en área contiguas. Algunas de estas son:

-La Altitud: con ella disminuye la temperatura y humedad del aire, modificándose las condiciones ambientales.

-Solanas y Umbrias: En el hemisferio Norte las laderas expuestas al sur reciben más horas y mayor intensidad de radiación solar que las expuestas al norte. Como consecuencia las laderas de solana tienden a ser más cálidas que las laderas de umbría. Resultado de esa mayor insolación es la evaporación más rápida del agua del suelo, por lo que las solanas son más cálidas y secas que las umbrías. La diferencia es mayor durante el invierno, cuando las umbrías apenas reciben la luz del sol directa.

Esta disimetría, combinada con las diferencias en la humedad del suelo disponible y con la duración de la estación favorable para el crecimiento (más corta en las umbrías), provoca diferencias significativas en la composición florística de una y otra ladera, también cuando las pendientes son suaves. Cuando son acusadas, el efecto se hace más visible por los cambios notables en la distribución de la vegetación. A igualdad de latitud, una ladera orientada al sur mantendrá una comunidad vegetal más tolerante a las altas temperaturas (comunidades termófilas) y a la sequía (comunidades xerófilas) que en la ladera de umbría. Ello explica las disimetrías que se observan en la mayoría de los macizos montañosos, en los cuales, por ejemplo, comunidades más exigentes en humedad edáfica, ocupan las laderas de umbría, mientras que en solana encontramos melojares o encinares, más resistentes a las altas temperaturas y a la sequedad ambiental.

Por tanto, la exposición de ladera produce diferencias en la temperatura del aire y en los factores ecológicos que esto desencadena, similares a los que se producen con un cambio de altitud. Como resultado, las formaciones vegetales tienden a distribuirse a mayor altitud en las laderas de solana y a mantenerse en altitudes más bajas en las de umbría. Este tipo de procesos impide trazar límites altitudinales estrictos para estas formaciones.
Las laderas orientadas a oriente (levante) y a occidente (poniente) muestran unas diferencias menos acusadas porque ambas reciben cantidades similares de radiación solar a lo largo del día. A pesar de ello, las laderas orientadas a poniente tienden a ser algo más cálidas. El máximo de radiación solar se produce alrededor de mediodía, cuando el sol está en lo más alto del cielo, pero el momento más caluroso del día aparece de dos a cuatro horas más tarde, porque el aire requiere un periodo de tiempo para calentarse. En estos momentos las laderas de levante pueden quedar en sombra y permanecer más frescas que las orientadas a poniente.

Este fenómeno, que puede ser prácticamente inapreciable a bajas altitudes puede ser crítico en las cumbres de las montañas, donde unos pequeños cambios en la temperatura pueden ser decisivos para fijar el límite altitudinal de las plantas.

 

La trilogía mediterránea.

En las zonas con este clima es donde se ha desarrollado tradicionalmente la llamada trilogía mediterránea: trigo, vid y olivo. Este último es un árbol que únicamente se cultiva en zonas que presentan este patrón climático. Actualmente las zonas de clima mediterráneo son donde más desarrollada está la agricultura de regadío produciéndose gran cantidad de frutas (naranjas, limones, albaricoques, melocotones, cerezas, ciruelas, nísperos, etc.) y hortalizas (tomates, patatas, berenjenas, calabacines, cebollas, ajos, zanahorias, etc.), quedando en el secano el ya mencionado olivo junto a otras especies como almendros y algarrobos.

 

En conclusión, analizando toda la información anterior y contrastándola con los datos que tenemos de Montefrío en cuanto a pluviometría, temperaturas y vegetación, podemos afirmar que Montefrío y su término municipal se hallan bajo el clima mediterráneo continentalizado.