Laguna de los barros
Después de visitar varios clientes, Jorge volvió a la oficina visiblemente cansado. Bebió un café mientras leía la correspondencia acumulada durante el día. Un correo electrónico enviado por una corredora de propiedades llamó su atención. Fue atendido por una cálida voz femenina:
---- María Luisa habla. ¿En qué puedo ayudar?
---- La casa ofrecida en la Laguna de los Barros. ¿Está disponible?
---- Está esperando por el señor --- bromeó la joven.
---- ¿Aceptan reservas por teléfono?
---- Por supuesto que sí.
Al final de la cena contó para su familia:
---- Hoy arrendé una hermosa casa a orillas de un lago. Es un lugar tranquilo y hermoso, donde podremos relajarnos y descansar. Serán vacaciones diferentes, lejos de los agudos pitos de los vendedores de helados y de las filas de los supermercados. ¡Vamos a descansar en una linda casa a orillas de la Laguna de los Barros!
---- ¿Laguna de los Barros? !Ese lugar tiene varias leyendas! --- comentó Patricia, esposa de Jorge.
---- La misma --- respondió el marido.
---- Dicen que en el centro hay un remolino que succiona todo lo que encuentra.
----Historias de pescadores, nada de eso es verdad. Actualmente practican windsurf, hacen paseos de botes y nadie desaparece. La única historia verdadera ocurrió en 1940: un sujeto mató a su esposa y lanzó el cuerpo a esas aguas.
---- ¿Pasaremos las vacaciones en una laguna embrujada? --- preguntó Nicolle, la hija adolescente.
---- Cuentos, solamente cuentos querida. Pasaremos días muy agradables en ese lugar. Tomaremos baño en la laguna, jugaremos paletas, viajaremos en bote y principalmente descansaremos.
A primera hora del lunes partieron al litoral. Durante el trayecto, Jorge llamó a la corredora para marcar el lugar de la reunión. Después de dos horas de viaje, María Luisa los recibió con una gran sonrisa en un puesto de gasolina.
Después de unos minutos encontraron una impresionante casa blanca con el número 1940, en el segundo piso sobresalía una enorme terraza. Una amplia sala con una hermosa chimenea de piedras, los recibió de forma acogedora. Cuando abrieron los grandes ventanales de la habitación, un aire tibio con aroma de flores silvestres, invadió el lugar, produciendo una agradable sensación de bienestar. Jorge firmó el contrato y pagó la cantidad previamente negociada, la corredora manifestó sonriendo:
---- Vuelvo en dos semanas. ¡Felices vacaciones!
---- ¡Adiós! --- respondieron a coro.
Después de cenar los cansados viajeros dormían profundamente. A las dos de la mañana, Patricia despertó preocupada, salió a la terraza para respirar aire fresco. En ese momento observó un deslumbrante espectáculo que se presentaba en el centro de la laguna: luces blancas intermitentes formaban una danza sincrónica, que avanzaban por el agua de forma armoniosa y constante. Después de algunos segundos fueron apagándose una a una, hasta quedar solamente los rayos de la luna iluminando las aguas. Fue algo increíble. Con esa visión circulando por su mente, volvió a la cama.
La mañana estaba fría. Un viento golpeaba el rostro de Jorge y su hijo, cuando comenzaron la caminata por el borde de la laguna. Varios kilómetros fueron recorridos hasta encontrar un hombre sentado en una piedra, con una enorme caña de pescar. Jorge después de saludarlo le preguntó:
---- ¿Tiene pescados para la venta?
---- Tengo en casa
Al llegar a la casa del pescador, una señora cortésmente preguntó para el niño:
---- ¿Te gustaría conocer los nuevos habitantes de la casa?
---- ¡Claro que sí!
Tomando la mano del niño, lo llevó a la parte posterior del sitio, donde se encontraba un gallinero. En ese momento el pescador casi murmurando preguntó para Jorge:
---- ¿Conoce la leyenda de la diosa de las aguas?
---- Hay varias mitologías
---- En esta laguna tenemos una de esas divinidades. Vive en la ciudad sumergida.
---- ¿Ciudad sumergida?
---- Construida hace más de cinco mil años --- confirmó el pescador.
---- Amigo voy a ser honesto con usted; no creo en esas historias.
---- De todas maneras, no lleve a su familia a la orilla de la laguna durante la luna llena.
---- ¿Que puede ocurrir? --- inquirió curioso.
---- Pueden ser embrujados y llevados a la ciudad sumergida.
---- ¿Secuestrados? --- preguntó esforzándose para no soltar una carcajada.
---- No sería la primera vez --- confirmó el pescador
En ese momento volvió Jorgito con la señora trayendo en un canasto, varios huevos frescos.
---- Gracias. ¿Cuánto le debo?
Ella sonriendo respondió:
---- ¡No debe nada!
Jorge sorprendido insistió:
---- Estoy agradecido, pero me gustaría pagar por los pescados y los huevos.
---- La próxima vez, ahora no.
Durante el almuerzo Jorgito contó las aventuras vividas esa mañana. Patricia permanecía preocupada, hasta que Jorge le preguntó:
---- ¿Sucedió alguna cosa con usted?
Patricia pretendía mantener en secreto la experiencia observada la noche anterior, pero decidió compartir con su familia esa experiencia.
---- Anoche observé desde el balcón, una serie de luces bailando en el centro de la laguna.
---- ¿Que era exactamente? --- consultó Jorge.
---- No tengo respuesta para esa pregunta.
---- Esta mañana, el pescador también me contó una historia de terror. Dijo que las personas son llevadas a una ciudad sumergida en el centro de la laguna.
Esa noche Patricia y los niños se quedaron viendo TV, mientras Jorge en el jardín, sentado en una silla de playa, observaba el paisaje. Se sentía atraído por la belleza del lugar. Quedaba encantado al ver la luna reflejada en el agua. Disfrutaba intensamente con el canto de los grillos, con el viento agitando suavemente los árboles y con el aroma de las flores silvestres.
Durante el desayuno, Nicolle con aspecto preocupado dijo:
---- Quiero volver. Tengo una extraña sensación. Me siento insegura en este lugar.
---- ¿Cuál es tu opinión? --- preguntó Jorge a su esposa.
---- Si Nicolle se siente insegura, debemos volver.
---- ¡Yo no quiero! --- gritó Jorgito.
---- En lugar de dos semanas vamos a quedarnos solamente una. ¿Está bien así?
---- Gracias papá --- dijo la niña en el momento que besaba la mejilla de Jorge.
---- Necesito comprar algunas cosas --- comunicó Patricia.
---- Cerca de aquí, hay un pequeño mercado --- informó Nicolle.
---- ¿Alguien me lleva? --- solicitó riendo la esposa.
A pocos kilómetros encontraron un rústico local protegido por la sombra de una centenaria higuera. En el momento de pedir la cuenta la vendedora preguntó:
---- ¿Cuánto tiempo van a quedarse?
---- Una semana --- informó Patricia.
---- ¡Pensé que sería más tiempo!
---- Los niños quieren volver.
---- ¡Que lamentable, este lugar es tan lindo en esta época!
---- Es cierto. El lugar es maravilloso --- concordó Jorge.
---- ¿Le gustó?
---- ¡Me encantó!
---- Si el jefe de la familia gusta, es razón suficiente para que el resto también se quede --- comentó sonriendo la mujer.
---- No entendí --- dijo Jorge.
Patricia interrumpiendo preguntó:
---- ¿Cuánto debo?
---- Nada señora, ustedes son bienvenidos a este lugar. ¡No debe nada!
Cuando la familia se encontraba en el auto, Jorge comentó:
---- Es la segunda vez que no me dejan pagar. ¡Estoy adorando este lugar!
---- La esposa del pescador tampoco nos cobró --- complementó Jorgito
---- Son extrañas las personas del interior --- comentó Patricia.
El borde de la laguna quedaba a trescientos metros de la entrada de la residencia. Después de tomar onces, decidieron caminar por la playa. Jorge y Patricia tomados de la mano, seguían a los niños que corrían en la frente. Una suave brisa acariciaba sus rostros. Poco a poco fue desapareciendo el sol en el horizonte. Las luces de las ciudades vecinas iluminaron las pocas nubes que desfilaban en el cielo. Inesperadamente una luz brillante calló en el centro de la laguna. Luminosidades comenzaron a formarse, a veces crecían otras quedaban casi imperceptibles. Sorprendidos observaron el fenómeno durante varios segundos. Poco a poco la luz adquirió la figura de una mujer. A pesar que se encontraban a bastante distancia, notaron que avanzaba en su dirección.
Temerosos corrieron por la playa hasta la entrada de la residencia, Jadeantes volvieron a observar la laguna, pero la extraña luz había desaparecido. Sin respuesta para esa estaña experiencia, durmieron esa noche.
Pasaba de la media noche, cuando Jorgito decidió salir del dormitorio, y embarcar en un bote que se encontraba en la playa. Comenzó a remar hacia el centro de la laguna. ¡Era el momento esperado para iniciar la gran aventura! ¡Todos los misterios de la Laguna de los Barros serian desvendados por el!
El sueño fue interrumpido por golpes provenientes de varias partes de la casa. Asustados se reunieron en la sala buscando una explicación. En medio de ese escándalo ensordecedor, Patricia preguntó:
---- ¿Donde está Jorgito?
Lo buscaron en el dormitorio, sin éxito. Cuando estaban en el jardín, Nicolle preguntó:
---- ¿Donde quedó el bote?
---- En la orilla del lago.
---- ¡Dios mío! ¡Jorgito está en la laguna! --- gritó Patricia.
Corrieron hasta la playa cuando un enjambre de luces cubría la embarcación.
---- Voy a buscar un bote ¿Quieren acompañarme?
---- Prefiero quedarme, caso Jorgito vuelva --- dijo Patricia.
---- ¡Yo voy contigo! --- gritó Nicolle.
El auto patinaba por el exceso de velocidad, a pesar de eso, Jorge continuaba acelerando al máximo. Minutos más tarde expresó bastante molesto:
---- ¡La casa del pescador estaba aquí!
---- ¡No puede desaparecer! --- comentó Nicolle.
Pasaron diversas veces por el mismo lugar, sin encontrar la residencia del pescador. Desconcertado volvió a la casa, pero otra sorpresa desagradable los esperaba: Patricia había desaparecido.
---- ¡Vamos a avisar a la policía, ellos nos ayudaran!
Las luces de la laguna continuaban danzando de forma frenética. La embarcación había desaparecido. Nicolle reconoció la higuera centenaria, pero el local comercial no estaba.
---- ¡El negocio también desapareció!
Después de varios minutos de conducción llegaron a un edificio blanco.
---- ¡Debe ser el Puesto de la Policía! --- informó Jorge.
---- ¡Es nuestra casa! --- exclamó incrédula a hija.
---- ¡Caminamos en círculo!
La niña con los ojos llenos de lágrimas, dijo a su padre:
---- Estábamos atrapados en este lugar. No vale la pena seguir luchando. ¡Nunca vamos a escapar!
Las luces de la laguna comenzaron a moverse en su dirección. De vez en cuando giraban rápidamente en otras parecían tocar la superficie del agua y elevarse a varios metros de altura. Era una danza maravillosa y aterradora.
Nicolle se abrazó a su padre temblando de miedo. Jorge miró la linda casa blanca y un detalle llamó su atención. El número 1940, era el año que fue asesinada la novia de la leyenda.
¡El nombre de esta mujer era María Luisa! Igual a la corredora de propiedades. ¡Curiosa casualidad!
En el momento que era envuelto por las luces comprendió las palabras del pescador, cuando le advirtió del peligro que corría. El también era rehén de la diosa de las aguas. Recordó la frase de la mujer del mercado cuando dijo:
---- Si el jefe de la familia gusta, es razón suficiente para que el resto también se quede
Lamentablemente la comprensión de estos hechos llegó muy tarde. De ahora en adelante serán eternos huéspedes de la diosa de las aguas en la ciudad sumergida. La luminosidad los absorbió, sus miedos desaparecieron y sus cuerpos fueron enviados a otra dimensión.
Una imagen vestida de blanco permanecía parada en la playa. Un llavero brillaba en una de sus manos. Maria Luisa, con su traje de novia, observaba la escena con ojos de tristeza. Detrás de ella, la casa desaparecía llevada por la bruma de la noche.
Ernest Hemingway